Nietzsche: la clave para ser feliz y superar el dolor

¿Alguna vez en tu vida experimentaste un fuerte dolor emocional que incluso duele al recordarlo?

Ese dolor se produjo en ti quizás por una decepción amorosa, un gran fracaso, una mala situación económica, la pérdida de un ser querido, una enfermedad, etc.

Yo sentí ese gran dolor emocional cuando duré varios meses desempleado y con deudas, sin nadie que me ayudara, sin dinero ni para el transporte: Joder... no sabía a dónde ir, qué hacer, ni a quién acudir. Estaba desesperado, solo y asustado.

Este artículo será una píldora para esos fríos momentos y tiempos difíciles. Te enseñará una clave valiosísima que puede cambiar radicalmente tu forma de pensar como lo hizo en mí y hacerte muy feliz en adelante.

Así que, por favor, atrévete a leer la siguiente anécdota:

Una aventura por carretera

Hace unos días decidí visitar con un hermano una especie de pueblo fantasma que está totalmente hecho ruinas, porque hace varios años extrañamente empezó a hundirse. Dicho pueblo se encuentra a unas dos horas y media de mi ciudad (en auto), pero a unas 5 horas y media en bicicleta.

La mañana de la travesía, en cuanto empezamos a salir de la ciudad y a escalar por carreteras cubiertas de bosques fríos, a veces consiguiéndome con uno que otro campesino, sentí que salía de una burbuja y mi alma era libre «Esto es como una especie de meditación súper efectiva» Pensé pues mi mente había hecho una especie de reset.

Cuando crucé algunas montañas y dejé la ciudad, muy atrás, me sentí tan supremamente tranquilo que hasta olvidé la gran subida que me esperaba.

Pero en un momento, la tranquilidad se esfumó porqué un neumático de mi bicicleta se desinfló y al revisarlo, vi que se había dañado la válvula y por lo tanto no podía repararlo. No llevaba repuestos, así que allí me había quedado varado y lo peor sin señal en mi teléfono.

Pero mi hermano se devolvió hasta el pueblo más cercano, a unos 30 minutos, a buscar el repuesto.
Fue entonces cuando tuve una especie de revelación que me impactó para siempre profundamente en mi forma de pensar:

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La revelación que cambiaría mi forma de pensar

Escondí la bicicleta en el monte y me dirigí hacia la orilla de un río caudaloso que estaba cerca. Extrañamente el bosque a los lados del río estaba totalmente intacto, podría decirse que era un bosque virgen con enormes árboles y muchas aves, lo que me alegró mucho, entonces me dije:

«Esto debe ser como un viaje en el tiempo, porque el bosque está intacto, justo como hace muchas décadas, siglos o incluso miles de años atrás».

Me imaginé a los antiguos habitantes de esas montañas cruzando el río en sus bestias y entre esas personas mis tatarabuelos que vivieron en esa región, me imaginé a los ejércitos de los próceres cruzando el río, pues de hecho lo hicieron, imaginé a los españoles buscando oro en ese río, tal cual como pasó. Por último, me imaginé a los indígenas pescando como lo hicieron en la época precolombina.

Pero esa no fue la revelación, sino que, al subir a una enorme piedra y ver abajo los remolinos que hacía el agua, pensé cómo sería caerse allí, entonces se me vino a la mente una gran frase del gran filósofo Nietzsche:

"Si miras mucho tiempo dentro de un abismo, el abismo terminará por mirar dentro de ti".

Yo miraba al intimidante abismo y sentía que toda su imponencia me miraba y atravesaba de pies a cabeza. Experimenté vértigo y en un momento realmente sentí que perdía el equilibrio, así que volví a la carretera.

Entonces pensé: ¿Cómo fue que un gran momento casi se convierte en una gran caída? La respuesta fue que dejé de mirar las cosas bellas del río y me concentré en un abismo, incluso pensé como sería caerse dentro de él.

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La clave para aprovechar todo el potencial de nuestra mente

Y aquí, por fin, mi revelación:

Esa es la razón del fracaso de muchos hombres en el tema de atraer mujeres, conseguir dinero, crecer personalmente, cumplir sus metas y ser felices: nos enfocamos en observar el abismo en vez de disfrutar y aprovechar el bello paisaje que hay alrededor.

Recordé cuando fui un desempleado caminando cabizbajo y sin rumbo por las calles con un currículum bajo el brazo, cuando tenía una habilidad de la cual podía vivir y es mi don para escribir y mi creatividad para atraer personas.

A muchos les ocurre en el tema de conocer mujeres, es típico que por sus mentes siempre crucen imágenes de las chicas que tienen en frente rechazándolos o pensamientos negativos, incertidumbres, etc. y es así cómo pierden grandiosas oportunidades sin siquiera intentarlo.

No miramos el bello paisaje alrededor del abismo que es el deseo genuino, instintivo y profundo que tienen las mujeres de ser cortejadas, de ser tomadas y poseídas por un hombre que enfrenta sus miedos.

Nuestra mente humana es una herramienta súper poderosa, capaz de llevar robots a marte, hombres a la luna, capaz de inventar cosas asombrosas de la nada, superar guerras, crisis, curar enfermedades, etc. pero sólo si la enfocamos en los pensamientos adecuados.

Tan concentrados en el abismo estamos que no nos damos cuenta del montón de señales que nos envían las mujeres para que nos acerquemos. O en mi caso, tan dentro del abismo estaba en mi crisis de desempleo, que no veía que podía vivir bien de lo que me apasiona, como hoy lo hago siendo escritor publicitario.

Cómo caemos en el profundo abismo

En el ámbito de la vida en general, de igual forma, muchas veces nos centramos en nuestros temores y las desgracias que vivimos y pocas veces en las grandes oportunidades que tiene el presente.

Nos enfocamos en nuestras debilidades, en compararnos con otros, en vez de enfocarnos en nuestro potencial para lograr nuestras metas.

El abismo nos mira por dentro cuando dejamos de observar el bello paisaje de opciones y oportunidades y miramos cada vez más hacia lo profundo, helado y oscuro de dicho abismo. Nuestra mirada se enfoca en esas tinieblas, sentimos como esa triste oscuridad y frío nos empieza a poseer profundamente. Lástima que muchos terminan cayendo en sus terroríficos abismos para siempre...

Cuando observamos solo lo malo, formamos en nuestra mente patrones de pensamientos destructivos y negativos que no nos dejan avanzar: a las mujeres les gusta realmente que las cortejen, que las hagan poner calientes diciéndoles lo que les provoca.

Ellas se visten provocativamente, se dejan un gran escote, se sientan solas, te miran... Pero tú no lo ves porque solo estás pensando en el rechazo, por eso al final el miedo termina ganando. Ella podría poner un letrero que te dijera: «Ven y cortéjame», que no irías si te enfocas en tus miedos.

Igual, existen miles de mujeres buenas afuera, guapas, solteras, estudiadas, inteligentes, solitarias, realmente deseosas de un hombre que se acerque y las caliente, pero muchos solo miran el abismo de la decepción amorosa que tuvieron, de su soledad, de la crueldad de una mujer mala que los engañó, de lo poco atractivos que se sienten y miran el abismo cuando se imaginan que todas las mujeres son tan malas como su ex.

Así que me atrevo a decir que ese pensamiento de Nietzsche nos da una clave para la felicidad y para cambiar nuestra forma de pensar radicalmente y es dejar de mirar el abismo y enfocar nuestra mirada en el bello paisaje de oportunidades alrededor, para que ese bello paisaje mire adentro de nosotros.

Dicho en palabras simples, solo se trata de mirar y buscar siempre las oportunidades que tenemos en frente, justo en el presente, y evitar esos pensamientos autodestructivos que nos muestran una visión errónea y oscura de la realidad estancándonos.

Estoy seguro que cada situación y contexto de la vida tiene algo que nos es valioso, solo hay que mirar con detenimiento, estoy seguro que siempre hay un bello paisaje de oportunidades que admirar y es allí a donde debemos enfocarnos.

Escalando

Mi reflexión terminó cuando mi hermano llegó con el neumático nuevo y me dijo que lo mejor era devolvernos pues ya casi era mediodía y aún estabamos lejos. Por supuesto no accedí, porque ya no miraba el abismo, sino que veía el bello paisaje de la gloria al completar la escalada.
Emprendimos la fuerte subida, yo con gran alegría, y en solo un par de horas estábamos en las ruinas del viejo pueblo gritando:
¡Carpe diem!

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Rock Lopus

Soy un chico común y corriente, de los que puedes conseguirte en tu día a día caminando por la calle. En público me gano la vida como redactor publicitario desde hace 11 años, en privado estudio y practico técnicas y tácticas para cortejar mujeres.

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