Se me paralizo la cara por 7 chicas
Hace cuatro años, me sucedió una anécdota muy peculiar. Mi rostro padeció de parálisis facial, pero solo la mitad derecha. La causa de esto fue el estrés y la frustración que había sentido gracias a un par de mujercillas que no querían salir a una cita. Ya te pondré en contexto.
Estaba en mi época de estudiante en un instituto, yo me costeaba los estudios trabajando para esta institución, por lo que unos meses después había reunido lo suficiente para comprar un buen celular. Comprado ya el celular me doy a la tarea de instalar la aplicación Tinder «Quería saber que tal me iría esta vez»
Creo que en ese tiempo todavía era muy novato en la seducción, aun así intentaba aplicar todo el conocimiento que consumía.
Un éxito notable en la aplicación
Para mi sorpresa tuve un éxito considerable en la app, 100 matches en 1 mes. Lógicamente mejores fotos y una descripción algo particular atraerían esos resultados (estos fueron algunos consejos). Con lo que no contaba es con la trágica consecuencia que me traerían esos consejos más adelante.
Recuerdo que había muchas personas que se proclamaban maestros en la aplicación. Como yo era un chico inocente caí en sus malos consejos, ellos hablaban de formas de conversar y de abridores para cada tipo de mujer en la aplicación.
Gracias a mí “buen perfil” tuve la dicha de hablar con 7 mujeres a la vez. Con todas ellas aplicaba los consejos que había recibido, mi pensar en ese momento era: si hablo con esa cantidad de mujeres a la vez, puedo tener la oportunidad de coger con alguna.
Recuerdo que trataba mucho de generar misterio y persuasión a las chicas, al punto de decir mentiras para parecer más interesante.
El desastre esta cerca
En esa fatídica noche, yo había invertido una semana de mi tiempo escribiéndoles para cuadrar una cita. Les comenté a todas las chicas que tenía ganas de verlas, y que sí podían salir a una cita. Acorde un día específico y una hora para verme con ellas, obviamente sabía que no todas me iban a decir que sí, pero tenía la esperanza puesta en esa fecha, para mi sorpresa las 7 chicas aceptaron.
Llegando el día de la cita me encontraba ayudando a mi mamá a trastear unos muebles, en el medio día miro mi celular y me doy cuenta de que todas las chicas me habían cancelado faltando unos pocos minutos. Me sentía como un perdedor, como si algo estuviera mal conmigo. Fue un coctel de malas emociones, creo que en ese momento sentía como mi confianza se caía a pedazos.
Consecuencia
Ya mañana será un nuevo día. Dije confiado, y la realidad es que cuando me desperté y empecé a levantarme sentí como una corriente recorría la mitad de mi cara. Empiezo a saborear mi sopa de pollo y siento como debo arrastrar el labio para que entre en mi boca.
Tiempo después me miro al espejo y noto que un lado de mi rostro no parecía reaccionar, trate de sonreír, pero seguí igual. Preocupado fui a un puesto clínico, me diagnosticaron parálisis de Bell. La causa detrás de la parálisis según el doctor fue el exceso de estrés.
Varias de estas chicas no me volvieron a responder y perdí sus contactos
Dure 3 semanas con la cara así, me recomendaron ciertos medicamentos, pero lo que realmente me ayudo fueron los ejercicios faciales. Para disimular mi estado a mi jefe, me tocó tener evitar cualquier expresión la mayoría del tiempo. Algunos amigos se reían de mí por esta condición.
Conclusión
No vale la pena estresarse por una mujer, o en mi caso por varias de ellas, ya que no se gana nada al hacerlo, por el contrario, se nos complica la vida. En parte atribuyo mi frustración a seguir consejos erróneos de las personas equivocadas.
El hecho de hablar con una mujer hasta que ella nos muestre interés, hace que nos volvamos dependientes de las reacciones que tienen las chicas. Si estas no responden como queremos estaremos frustrados.
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