Cortejando a una morenaza bastante sexy

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Pdta: Este reporte tiene bastantes meses y ocurrió mucho antes de conocer a mi ala “Caballero Blanco”. Entonces me sentía bastante nervioso de acercarme a chicas, y digamos que no trataba de cortejar siendo directo.

 

Índice del artículo:

Encarando el miedo al rechazo

 

Ese día recuerdo que era miércoles, salí a hacer Daygame (conocer chicas en el día) con ganas de convertirme en el lobo solitario, estuve practicando todos los días, pero en cuanto salí a la calle, el temor al rechazo se apoderó de mí, me tulló completamente.

Ya había pasado bastante tiempo y solo un abordaje indirecto había hecho, así que estaba frustrado y decepcionado.

Me senté en solitario en una banca, preguntándome qué me ocurría, porque volvía ese miedo, lo observé atentamente y descubrí que todo era el temor al rechazo, solo eso, el temor inconsciente.

Me fui para mi casa decepcionado y cansado de tanto caminar y no atreverme a abordar, hasta que cuando esperaba el taxi me dije:

—No puedo dejarme dominar por el miedo, debo enfrentar el rechazo, amar esa mirada de rechazo de las tías.

Así que me devolví y empecé abordando una flaca, y otra, y otra. Sin cerrar porque ninguna me gustaba.

 

Una morenaza caminaba sensualmente

 

Hasta que de repente, dentro del centro comercial donde estaba vi a una morenaza, totalmente afro, pero bien hermosa con un cuerpazo, llevaba una pañoleta en la cabeza y un pelo muy bien trenzado. Entonces, a pesar de que ella iba caminando me dirigí a ella.

—Hola, espera un momento.

—Queee. Dijo alejándose.

—Tranquila, mira te vi desde allá y tuve que venir a conocerte porque desde hace años no veía una morenaza cómo tú (ella me desvió la mirada y se alejó poco a poco, ignorándome y viendo su teléfono, yo caminaba junto a ella mientras hablaba y ella fue reduciendo su paso).

—Pero espera, yo no muerdo, soy inofensivo, que odiosa eres. O eres tímida.

—No soy tímida (se detuvo mirando su teléfono).

—Mira solo me llamaste la atención, solo eso.

—Busco una señal wifi abierta -y se volteó, pero deteniéndose.

—Ok está bien, yo me voy porque eres muy tímida, chau.

OJO, a simple vista parece que estaba insistiendo demás, incluso acosando. Pero en ese momento, a pesar de que había sido rechazado verbalmente, algo me decía en su tono de voz y sus gestos que le gustaba que la abordara, ella caminaba muy sensual, daba cada paso con delicadeza, no huía de mí.

Pero algo más sutil y extraño es que, cuando dijo que buscaba una señal wifi me mostró levemente la pantalla y en su fondo apareció ella en tanga, sin sostenes y tapándose los senos con las manos.

¿Descuido? Lo dudo.

—Mira –dije deteniéndome- Voy para allá, ven y te invito un helado.

-OK.

Acto seguido se vino conmigo, y yo empecé a tratar de entablar conversación con ella. Suponiendo, no preguntando. Pero la tía era más cerrada que un baúl, respondía entre los dientes. Yo de forma sutil decía cosas sobre ella para que se expresara, pero ella miraba el teléfono. Cuando pedí el helado tuve que preguntarle tres veces el sabor que ella quería para decir:

–El que está al lado del el de Brownie.

—Qué el que está al lado del el del Brownie. Le dije a quien atendía. La señora me señaló un sabor y yo sin saber y viendo a la tía pegada al teléfono, le dije, «sí, dale ese». Al final quizás la tía se comió algo que no quería.

Lee tambien: Cómo vencer el miedo a hablar con chicas guapas desconocidas.

 

La chica se abre a Lopus

 

Yo me dije, «esto no va para ningún lado, así que me voy a abordar a otro lugar».

Entonces le dije:

—Mira, ya me debo ir porque estoy esperando a un amigo.

—¿A dónde vas?

—A la terraza. Dije marchándome y sorpresa, la chica se vino detrás de mí .

Llegamos a la terraza y ahí sí se abrió de a poco, empezó a contarme sobre ella, sobre su vida. Y yo hice algo de kino (contacto), primero tocándole los brazos y luego pequeños abrazos.

Así fue avanzando todo hasta que nos acabamos los helados hablando bien chévere, entonces sentí que el ambiente se ponía algo caliente. En un momento tenía su cara frente a frente a centímetros, me miraba los labios, y yo veía esos labios bien carnosos. Se me hacía agua la boca.

Me acerqué de a poco y ella se quedó quieta. Pero me retiré cuando estaba cerca.

¿Por qué motivo?

Ella me dijo que trabajaba de noche en "un estanco", y sus fotos eran muy sugestivas. Entonces se me vino a la cabeza que era una chica “de vida alegre” y era muy probable puesto que sus mismos jefes venían a buscarla ¿Qué jefes hacen eso? ¿Había visto en mi su primer cliente del día?

La chica debe tener 19 o 22 años, se ve bastante joven y es muy guapa.

Esa misma noche me debatía entre qué hacer, si preguntarle directamente cuánto cobraba o si volverla a buscar.

Cerré con WhatsApp, y me dio un beso a medio labio y abrazo cuando me despedí de ella.

Fue una experiencia excelente después de todo.

*********

Aprendizaje: aprender a amar el rechazo porque detrás de él está el éxito. También aprendí a que si se es lo suficiente observador podemos diferenciar entre un rechazo y una chica tímida.

Actualización: El juego de texto fue sencillo, ella me dijo cuando estaba disponible (un domingo), ese día yo la invitaría, pero ese sábado ella me insinuó que le regalara saldo a su teléfono. La descarté inmediatamente por ello, aunque siendo honesto, creo que también lo hice porque tenía un hijo y me daba una impresión de que yo proyectaba en ella una imagen de "chico bueno", la cual consideraba que me ponía en un lugar desfavorable llamado padrastrazone, del que me costaría salir. Hoy lo pienso bien y creo que fue una tontería no salir con ella al menos por la experiencia que me daría.

Segunda actualización: Como a la chica aún la tengo como contacto de WhatsApp, hace días en sus stories subió una fotografía y descuidadamente pude ver un dild0 en una esquina de la habitación, luego una gran cámara junto con unas luces. Al parecer era un estudio porno.

¡Vaya olfato el que tengo!

Rock Lopus

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