Cerveza y cita instantánea con madura y nenita
Caballero Blanco y mi persona acordamos las semanas pasadas salir solos a conocer mujeres, un ejercicio que refuerza nuestra seguridad.
Nosotros no seguimos paradigmas en lo que deseamos, si queremos salir solos a ligar pues lo hacemos. Si quisieramos ir a Alaska solo a f*llar esquimales en la nieve, lo haríamos sin pensar en el qué dirán.
Bueno, pero hace unos días acordamos reunirnos de nuevo para un súper maratón de ligue. Es decir, todo el sábado estaríamos conociendo mujeres y sobre todo, empezaríamos a grabar vídeos para un plan que tenemos en mente en este mismo blog.
Nuestra especialidad son los centros comerciales así que estuvimos en los tres más grandes centros comerciales de la ciudad.
Empezamos a ligar muy temprano, con sets de dos mujeres y chicas que estaban solas. Esta vez no estuvimos con vendedoras para no "quemarnos". Estuvimos abriendo mujeres más maduras, incluso unas muy maduras pues pensamos que son las que más aportan a nuestro juego. De hecho, abrimos sets de maduritas que andaban juntas.
A las 5 pm hicimos la última estación en un hermoso centro comercial a cielo abierto que parece una pequeña ciudadela y donde las noches son muy amenas, con conciertos y mujeres, muchas mujeres hermosas.
Estuvimos mucho tiempo allí abordando sin ningún resultado significativo, hasta que a lo lejos vi a una hermosa flaquita de lentes, parecía una bella vendedora. No lo pensé mucho, encendí mi cámara espía y ejecté a romper la regla de no vendedoras.
La chica me miró de lejos, pero seguí caminando hacia ella con decisión:
— Hola ¿Tu eres la chica del trensito? - Le dije pues realmente era una vendedora de viajes alrededor del centro comercial en un tren para niños.
—Hola, sí.
—¿Cuánto cuesta?
—6000 la vuelta y 4000.. (no recuerdo qué) -Respondió dejando oír una voz muy tierna.
—Mira la verdad es que te vi, me pareciste guapa y vine a saludarte. Yo estaba allá en el otro lado.
—jejejeje
—Bueno desde allá parecías guapa, pero cuando me acerqué...
—Jajaja cuando te acercaste dijiste: ay jueput*, ¡no era!
—Es broma. Mira, la verdad no sé cómo pienses tú, pero la belleza es superficial. Mujeres bonitas hay en todos lados, lo difícil es conseguir una chica que sea honesta ¿Tú cómo te consideras?
Así empezamos una charla amena, hasta que llegó caballero blanco y me dijo que se iba ya para su casa. El chaval se veía cansado y se marchó.
Proseguí la charla con aquella nena. Ella me había dado información de su salida, ella me había ofrecido algunas extrañas risitas coquetas así que pensé sacar toda la artillería e invitarla esa misma noche a unas cervezas. Pero de repente algo inesperado pasó:
Cambiando de set
Dos hermosas mujeres que habíamos visto y que habíamos querido abordar momentos antes pasaron al frente de mi interacción. Entonces pensé: esta chica sale más tarde y no se va a mover de aquí, así que pospongo esta interacción y voy por estas nuevas nenas.
Inmediatamente me despedí, le dije que más tarde volvería, tome carrera y alcancé a Caballero Blanco en el estacionamiento, le dije que había visto a las dos hermosas nenas de hace un rato. Inmediatamente su cansancio se desvaneció como por magia y me acompañó en la cruzada.
Ya entraban al estacionamiento cuando las abordamos mientras caminaban:
—Hola, chicas, las estábamos viendo y nos parecieron guapas.
Ellas no respondieron nada, pero proseguí caminando a su lado:
—Bueno de lejos nos parecieron guapas... ¡Pero de cerca...
—...también!
Entonces la más madurita se rio.
—Ay yo si decía!
—¿Qué decías?
—Que de lejos....
—De cerca se ven mejor –Algo así dijo Caballero blanco.
—¿Pero para donde van con tanta prisa? ¿Qué van a hacer a sus casas?
—No, no vamos para nuestras casas— Dijo la madurita.
—Oh vaya… así que van a rumbear...
—No, es que adentro hay mucha gente.
—¿Y?
—No hay donde sentarse.
—¿Cómo qué no? Allí sí hay lugares donde sentarse.
—Pero está haciendo mucho calor -Prosiguió la madurita pero justo sopló una brisa fresca xD ¡Gracias Dios!
—¿Cuál calor? Tengo frío.
—Bueno, aquí no, pero adentro si está haciendo un infierno.
Hasta aquí siento que pasé todas esas objeciones tontas fácilmente solo con mis reflejos sin pensarlo.
—¿Qué dicen si nos bebemos unas cervezas?
—Jajaja ¿En dónde?
—Bueno si beben...aunque si no beben cerveza vamos a caernos mal!
—Vamos y nos bebemos unas coronitas— infirió Caballero Blanco.
—jajaja ¿Bueno que hacemos?
—Uds suban allá y nosotros buscamos la cerveza.
En este punto debo confesar que no quería ir al bar, sino ir al supermercado y comprar la cerveza, ya que así es más barata. Pero las tías nos enseñaron el bar y nos fuimos hacia la cita.
Lee también: Cómo vencer el miedo a hablar con desconocidas.
Punto de inflexión
Caminando por el estacionamiento a cielo abierto, empezamos una charla trivial en las que nos conocíamos, Caballero Blanco empezó a entrar más en la interacción. Hasta que la madurita nos preguntó de dónde nos conocíamos y yo le dije que de internet.
Aquí comprobé algo que dijo el gran maestro David X: con las mujeres vale la pena ser sincero sin pena, que ellas igual no se creen nada de lo que uno les dice. A pesar de que caballero blanco le explicó bien porqué nos habíamos conocido y a que nos dedicábamos, sentí que la madura no se creyó nada, sino que se sintió llena de muchísima intriga y curiosidad y su siguiente pregunta fue:
—¿Y qué hacían uds solos aquí en este centro comercial?
Entonces sin titubear le dije la verdad:
—Pues estamos conquistando mujeres ¿Qué otra cosa podríamos estar haciendo?
—Ah! Vaya! ¡Yo no sabía que aquí se venía a ligar!
—Claro, este es un hermoso lugar para ligar: es tranquilo, hay nenas hermosas...
—Ay juemadre! ¡Hemos caído! —Dijo la madurita
—Jajaja Caímos! Exclamó la más joven, que solo hacía pequeños comentarios.
—jeje no cayeron porque estamos siendo honestos. Respondí
—La honestidad ante todo. Añadió Caballero blanco.
—La honestidad ante todo. Reafirmé.
Allí hubo un hermoso silencio por parte de la madurita, supongo que quedó sorprendida por nuestro atrevimiento. Llegamos al bar, pedimos las cervezas, pero la tía mayor cuando estábamos frente a frente trató de lanzarme un montón de pruebas para desestabilizarme, quizás porque vio que yo estaba algo inquieto, ya que cuando vi bajo la luz del bar que era una mujer madura, la confianza disminuyó y me preocupé.
Sí, mi debilidad son las mujeres maduras a pesar de que son las que más me gustan.
—¿Cómo apareces en Instagram? —Empezó.
—No uso Instagram.
—¿Facebook?
—Tengo Facebook pero lo uso poco.
Ella me miró fijamente. Quizás a propósito, cómo con esa mirada que lo analiza todo. Allí honestamente llegó ese miedo irracional, pero por dentro me dije, no importa, no esconderé nada. El análisis de su mirada me puso nervioso.
—¿Pero por qué te pones nervioso?
—Él está nervioso —Dijo la más pequeña refiriéndose a mí— en cambio a él (Caballero blanco) lo veo más tranquilo.
Ellas siguieron atacándome por otro rato y diciéndome que no me llamaba cómo yo les había dicho. Hasta que dije:
—La verdad, sí estoy nervioso -Confesé- Uds me ponen nervioso ¿Hay algún problema con que esté nervioso? En ese momento sentí que recuperaba nuevamente el control de la interacción. Ella intentó atacar de nuevo, pero ya los nervios se disipaban:
—Pero es que es muy extraño, que un hombre que sale a ligar no use las redes sociales y se ponga nervioso cuando se las pregunte.
Entonces dije algo que de nuevo las calló sin yo querer:
—Es que a mí las redes sociales me parecen falsas. Las mujeres allí se muestran de una forma diferente a lo que son.
Lo gracioso fue que ambas se miraron y bajaron la mirada, yo ya tenía el control y Caballero blanco, estaba listo para el siguiente paso que era aislar, y así lo hizo, por supuesto el agarró la nena más joven y se la llevó para su lado. Solo le dijo:
—Siéntate aquí para ser más directo. La chica obedeció como un corderito y entonces caballero blanco empezó a probar su artillería con su chica ya aislada, solo para él.
Solo frente a una mujer madura
Me encantó que la madurita quedara sola, justo en frente mío, ella se quedó sin palabras, no decía nada, yo la miraba callado fijamente a los ojos analizándola, ella bebía la cerveza y cuando se atrevió a verme a los ojos inmediatamente volteó la mirada hacia otro lado.
—No te lo puedes creer. Dije por decir.
—¿Qué?
—Espera. Entonces me levanté y me dirigí hacia donde ella. Miré a sus ojos y vi nervios.
—No te vayas a poner nerviosa. Le dije sentándome justo a su lado en el cómodo mueble.
—No estoy nerviosa. Ud está nervioso!
—Claro, yo siempre estoy nervioso, nena. ¿Cuál es el problema?
—No digo que haya un problema, sino que no estoy nerviosa. Bla bla bla.
—Honestamente no lo sé. Porque las mujeres saben disimular bien los nervios...
Realmente esta tía en adelante se abrió bastante y de hecho en un momento de la conversación sentía que podía besarla, pero pensé que era mala idea por estar en presencia de su amiga. Su escote mostraba unos hermosos pechos, no voluminosos, solo hermosos, erectos y naturales, como si ella fuera una chica de 19 años, me hubiese gustado succionarlos como lo hizo caballero blanco con la amiga de su iglesia.
Eso me calentó mucho y ella era receptiva a cualquier comentario de sexo.
Sentí que esa misma noche si la hubiese abordado sola la había podido f*llar porque ella se veía fácil de calentar y sentía que le gustaba. Pero creo que no pensé fuera de la caja, debí haberla llevado para el estacionamiento y haberla besado allí. Debí pedírselo directamente pero no se me ocurrió.
Hablamos harto, eso sí. Ella me contó que era administradora de empresas y había viajado por muchos países, y muchas cosas sobre su vida. De igual forma Caballero blanco estuvo seguro y probando lo suyo.
Conclusiones
Honestamente esta fue una buena interacción, ambos actuamos bien. Siento que, si hubiéramos tenido un Airbnb preparado cerca, ellas hubieran ido, porque estaban muy receptivas.
Pero muy pronto lo tendremos para tener interacciones y llevar a las chicas que abordemos, eso es parte de los planes que tenemos para este blog. De igual forma ya nos armamos con cámaras espías para grabar vídeos.
Caballero blanco hizo lo justo, el chaval aisló y se la jugó, pero no teníamos listo el lugar para cerrar con algo más íntimo. Así que solo nos quedamos con el WhatsApp de ambas.
Pero hemos dado grandes pasos en esto, ya estamos más seguros. Manejamos bien las interacciones y los acercamientos. La práctica sola nos convierte en maestros.
Por cierto, tan buena estuvo esa interacción que olvidé que tenía que ir con la chica del trensito como había acordado. La recordé cuando ya iba camino a casa.
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